"A veces me pregunto que es lo que ven, por qué se enamoran de mi. En lugar de hacer esa pregunta, que sería lo más simple (sobre todo para sobrealimentar complejos), me surge una nueva pregunta: ¿Por qué, o de qué, me enamoré yo?
Creo que a lo largo de mi corta pero intensa vida, y mirando con la perspectiva que da el tiempo, creo que puedo decir que pocas veces he rozado tan sublime sentimiento. Pues con lo que sé ahora, soy consciente de cuan atrevido era al afirmarlo con esa soltura nacida de la ingenuidad.
Pero, a pesar de ello, sigo pensando que lo he rozado con los dedos, lo he tocado, lo he olido... aunque no haya podido saborearlo. Porque, aun tergiversado por mi vacío emocional, había muchos (importantes) detalles), que ahora sé imprescindibles.
Sé que necesito alguien que me mueva a todos los niveles (físico, emocional e intelectual) para poder plantearme algo. Busco alguien con un mundo interno y una sensibilidad que, el solo plantearme echar un ojo, me provoque vértigo. Solo podré amar realmente a alguien cuando su pasión y sensibilidad rezumen por cada poro de su piel, como si el agua de una tormenta rebosase de la presa que trata de contener tal torrente.
¿Lo más gracioso de todo?
Darme cuenta de que todo lo que busco en los demás es lo que anhelo de mi mismo."
Gonzalo Navarro Ruíz
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios