"Solo, vacío, sin esperanza y abandonado a los designios de un ser cínico que mueve los hilos.
Es así como me siento en las horas más oscuras y, así es como pretende mi ego impedir mi progreso. No voy a negar lo creíbles que resultan sus argumentos, ni el esfuerzo que cuesta sobreponerse a estas sensaciones.
Si analizo toda la situación deduzco que no estaba tan bien como pensaba, que me había montado una película. No voy a ser optimista, creo que para evitar cometer los mismos errores he de jugar con la realidad.
Por ello digo en alto que cada día que me levanto, la única sensación que domina mi cuerpo es la desidia y me susurra con calma "No te levantes, el mundo es feo y te hace daño. Quédate en la cama, en el útero, donde está tu zona de confort".
Sin embargo, yo, cada día, lucho por convencerme para salir de la cama y escarbar en lo profundo de mi ser para poder sanearme. Sin embargo, no dejo de levantarme tras cada golpe que yo mismo me asesto, no paro de saltar cada día al campo de batalla donde combato para salvar mi esencia de las catacumbas donde está confinada.
Y cada día, sueño con que un día despertaré, orgulloso de mis cicatrices pero alerta para futuros conflictos que me deparará la vida."
Gonzalo Navarro Ruíz
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